lunes, 21 de febrero de 2011

Unidad 7. LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

Resulta aventurado afirmar que la Primera Guerra Mundial fue una muestra más de las crisis generalizadas –de pensamiento, ciencia, artes...- que sacudieron los primeros años del siglo XX, por más que muestre una tremenda dosis de irracionalidad. También, que se tratase del último estadio de la decimonónica concepción política del “balance de poderes”. Forme o no parte de ambos, lo cierto es que rompió el equilibrio mundial anterior y quebró la confianza en los valores liberales. A partir de entonces todo iba a ser distinto: quedaba en entredicho la idea de progreso y la convicción de que el hombre sería capaz de superar viejas actitudes.
Con ello, las críticas y las dudas se instalaron en gran parte del mundo occidental, proliferando los movimientos totalitarios de signo contrario en Rusia (1917), Italia (1922)..., que dieron inicio a una oleada dictatorial que afectó a buena parte de Europa. Además, la grave crisis económica iniciada en Estados Unidos en 1929 acentuó la sensación de que el modelo liberal había fracasado y agravó las tensiones. La llegada de Hitler al poder en 1933 desencadenó la amenaza de una gran revancha alemana que Gran Bretaña y Francia trataron de evitar inútilmente.


Estallido.

La Primera Guerra Mundial conmovió de tal manera a sus contemporáneos que la bautizaron como la Gran Guerra. En primer lugar, sorprendió su extensión y duración, pues implicó a todos los continentes y se prolongó por espacio de cinco años. En segundo lugar, el material bélico constituyó una auténtica novedad: carros de combate, uso de la aviación... Sin embargo, lo que más impactó fue su carácter de guerra total que, por primera vez, implicó a la población civil y movilizó la economía mundial (los hechos llegaron más allá que las decisiones conscientes, W. Churchill).

El incidente que provocó su estallido fue el asesinato, el 28 de junio de 1914, en Sarajevo, del archiduque Francisco Fernando, heredero de la corona austriaca, y el efecto dominó que produjo: Austria intenta aprovechar el atentado para desmantelar el nacionalismo serbio y evitar el riesgo de desintegración (28 de julio, declaración de guerra contra Serbia); Rusia reacciona a favor de Serbia por lo que considera un ataque a los eslavos, declarando la guerra a Austria; Alemania exige al Zar la anulación de las movilizaciones y a Francia neutralidad; la negativa franco-rusa decide a Alemania entrar en el conflicto invadiendo Bélgica; la violación de la neutralidad belga compromete a Gran Bretaña a participar en la guerra. El incidente de Sarajevo se había convertido en un conflicto entre las principales potencias imperialistas, que adquiría así unas dimensiones mundiales.


Causas.

Oficialmente, el Tratado de Versalles estableció el origen del conflicto en la voluntad de guerra de Alemania con el objetivo de imponer su hegemonía en Europa. La realidad, sin embargo, es menos simplista, pudiendo hablarse de múltiples factores:

1ª. La que establece la culpabilidad alemana. Se gesta desde el desarrollo mismo de la guerra: Wilson justifica la entrada de Estados Unidos en el conflicto por el militarismo prusiano y se concreta, como vemos, en Versalles. Con posterioridad dos posturas historiográficas opuestas han avalado esta tesis. La francesa argumenta la culpabilidad germana sin reservas en el interés por anular a Francia y en su agresividad imperialista. Desde Alemania, la versión oficialista habla de “guerra defensiva” frente al cerco europeo. 2ª. La economicista, defendida principalmente por la historiografía marxista. Presenta como causa principal de la guerra la eliminación de competidores en el contexto del capitalismo monopolista y el imperialismo expansionista.
3ª. Finalmente, otros autores como proponen una pluralidad de causas. Trata de desmontar la importancia de los factores económicos insistiendo en que la competencia económica y colonial había sido regulada diplomáticamente, que los hombres de negocios abogaban por la paz como garantía de prosperidad y que la entrada de los Estados Unidos se debió a la necesidad de conservar la libertad de los mares y no a la presión de los grupos financieros. Entre esa multiplicidad de causas se proponen: la rivalidad económica y naval entre Alemania y el Reino Unido, la situación política de los Balcanes, la agresividad del militarismo prusiano, la exacerbación de los nacionalismos en la opinión pública o la utilización de la guerra como forma de desviar la atención sobre problemas internos.

Sea como fuere, la cierto es que la guerra fue recibida con muestras de euforia inusitada y una oleada de patriotismo invadió Europa por encima de consideraciones de clase. La prensa, la opinión pública y los parlamentos refrendaron la intervención en un conflicto que se presumía corto. El rigor y la duración de la contienda se encargarían de apaciguar dicha euforia.


Desarrollo.

Los contendientes que se enfrentaron inicialmente en la guerra estaban ya agrupados en alianzas anteriores. La Triple Alianza se quedó en Dúplice (Alemania y Austria-Hungría) cuando Italia no sólo no entró en la guerra sino que, cuando lo hizo (Tratado de Londres, mayo de 1915), fue en el bando de las potencias de la Entente (Rusia, Francia e Inglaterra). Toda Europa se involucró directa o indirectamente, salvo España, Suiza, Holanda y los países escandinavos. Turquía y Bulgaria se alinearon con los imperios centrales, mientras Grecia y Rumanía se integraron en la Entente a partir de 1916. Con la incorporación de los territorios coloniales, de Estados Unidos y de Japón, la guerra adquirió un ámbito mundial.

- Primera fase: La guerra de movimientos.
En un primer momento se emplearon los viejos principios militares de Clausewitz sobre guerra de movimientos: ofensiva, con muchos efectivos, en búsqueda de una victoria rápida. Los alemanes siguieron el plan Schlieffen: se trataba de una guerra relámpago en el oeste, para desarbolar el frente francés, y luego concentrarse en el frente oriental contra el ejército ruso, que se consideraba más temible.
Estas previsiones fallaron por la rápida incorporación de Gran Bretaña a la guerra y, sobre todo, por la capacidad de resistencia francesa, puesta de manifiesto en la batalla del Marne (septiembre de 1914), dirigida por el mariscal Joffre, quien evitó la caída de París en manos alemanas.
Aunque en el frente oriental Alemania cosechó importantes éxitos sobre Rusia (batallas de Tannenberg y Lemberg), la guerra de movimientos había fracasado, pues Alemania debía atender a dos frente al tiempo.

- Segunda fase: La guerra de desgaste.
Comenzaba entonces una segunda fase, entre 1915 y 16, caracterizada por la estabilización de los frentes y el desarrollo de tácticas de defensa mediante trincheras. Los defensores tenían ventaja y lograron repeler a los agresores, aun a costa de numerosas pérdidas. En Verdún (1916) los franceses detuvieron a los alemanes; en el Somme, los alemanes a los franco-británicos; en Gallipoli, los turcos a los aliados.
En 1915, el hundimiento del mercante inglés Lusitania inauguraba también la contienda naval, que tuvo su episodio más destacado en la batalla de Jutlandia (mayo de 1916) y continuidad en la guerra submarina. El hecho de que viajasen en aquél ciudadanos estadounidenses supuso la creación de un estado de opinión a favor de la participación norteamericana en la guerra.

- Tercera fase: 1917, el año crítico, y el fin de la guerra.
Desde finales de 1916, la guerra había mostrado ya claros síntomas de agotamiento: desmoralización, limitaciones económicas, etc. Sin embargo, el panorama cambió radicalmente al año siguiente debido a la confluencia de dos circunstancias: el cierre del frente oriental como consecuencia de la revolución rusa y la firma del armisticio de diciembre de 1917, ratificado en marzo de 1918 en la Paz de Brest-Litovsk (Alemania se anexionaba Lituania, Curlandia y la Polonia rusa), y la incorporación de los Estados Unidos al campo de batalla, por la existencia de fuertes intereses económicos con las potencias aliadas y la voluntad política del presidente Wilson.
La ausencia de un frente oriental permitió a los alemanes volcarse en la ruptura del frente francés. La segunda batalla del Marne comenzó el 15 de julio de 1918; pero tras el avance alemán, las tropas de Ludendorff fueron rechazadas el día 8 de agosto. Bulgaria, Turquía y Austria capitularon sucesivamente entre los meses septiembre y noviembre. El 11 de noviembre Alemania, presidida por el socialdemócrata F. Elbert, tras la abdicación del káiser Guillermo II, firmaba el armisticio en Rethondes, entre el descontento, la desmoralización y el peligro de revolución social.


Organización de la paz.

Tras la firma del armisticio, se inauguró en París la conferencia que habría de regular las condiciones de la paz, en enero de 1919. Los principios que inspiraron la conferencia fueron los 14 puntos que el presidente estadounidense Wilson había proclamado un año antes (enero de 1918): destrucción de los imperios, consolidación del sistema democrático y reconocimiento de las nacionalidades.
Se reunieron en París treinta y dos estados, aunque sólo los vencedores: Estados Unidos, Francia, Reino Unido e Italia tomaron las decisiones, que se organizaron en distintos tratados para cada una de las potencias derrotadas:
- El de Versalles (18 de junio de 1919), firmado con Alemania, se elaboró partiendo de la responsabilidad germana en el conflicto. El imperio alemán quedó amputado (Alsacia y Lorena a Francia; Eupen y Malmédy a Bélgica; Schlewig a Dinamarca, Poznania y Dantzig a Polonia y Memel a Lituania) y sus colonias fueron repartidas entre los vencedores. Se le impusieron fuertes indemnizaciones de guerra, se suprimió el servicio militar obligatorio y su ejército fue reducido a 100.000 hombres. Se prohibió de manera explícita su unión con Austria y los aliados pasaron a ocupar la orilla izquierda del Rin mientras Renania fue desmilitarizada. El Sarre quedó separado de Alemania durante quince años, cediéndose a Francia la explotación hullera.
- Por el tratado de Saint Germaín (septiembre de 1919), Austria quedó reducida a un pequeño núcleo central de población alemana en torno a Viena y se convertía en una república.
- Por el de Neuilly (noviembre de 1919), Bulgaria cedía territorios a Yugoslavia y la Tracia occidental a Grecia.
- Por el de Trianon (junio de 1920), Hungría se constituía como república independiente, sin salida al mar, y parte de sus antiguos territorios eran cedidos a Rumanía (Transilvania), Yugoslavia (Eslovenia y Croacia) y Checoslovaquia (Rutenia).
- Finalmente, por el de Sevres (agosto de 1920), el Imperio Turco desaparecía en favor de árabes (países convertidos en mandatos de la SDN) y griegos. Cedía a Grecia Tracia Oriental y las islas del Egeo, a excepción del Dodecaneso (a Italia); a Francia, Siria; a Gran Bretaña, Irak, Palestina, Chipre y Egipto.


Consecuencias de la guerra.

Las consecuencias de la guerra fueron de una enorme importancia para entender el futuro desarrollo de Europa. La quiebra demográfica y económica originada culminó en la crisis de 1929 y la humillación de los países vencidos favoreció el surgimiento de los fascismos. Como resultado de esta situación, al cabo de 20 años estalló la Segunda Guerra Mundial. Podemos analizarlas desde tres supuestos:

a) Demográficos. Las pérdidas de vidas humanas estarían próximas a los diez millones de muertos, y seis millones de inválidos, mutilados y heridos. A estas pérdidas habría que añadir la sobremortalidad causada por la falta de alimento y las pésimas condiciones higiénicas. La guerra produjo unos efectos notorios sobre la futura pirámide de población europea. La elevada mortalidad de los hombres movilizados y en consecuencia la disminución de natalidad dieron lugar a las llamadas generaciones vacías.
b) Político-territoriales. La Paz de París tuvo como consecuencia una profunda remodelación del territorio europeo. Quizá el fenómeno más importante de esta modificación fue la desintegración de los grandes imperios que habían dominado la Europa central durante todo el siglo XIX y la aparición de nuevos estados. En este sentido se afirma que el principio de las nacionalidades fue uno de los grandes vencedores de la Primera Guerra Mundial. En lo político, las dinastías más tradicionales fueron destronadas y la democracia fue ganando terreno sobre las ruinas de regímenes autoritarios: en Alemania y Austria se proclamaron sendas repúblicas (Weimar, en el caso alemán) y sus parlamentos promulgaron constituciones democráticas, que en plena crisis del sistema liberal no tardarían en dejar paso a los fascismos.
c) Económico-sociales. La guerra significó la pérdida definitiva de la hegemonía europea en el terreno económico, en contrapartida los Estados Unidos fueron los grandes beneficiados del conflicto suplantando a Gran Bretaña en su papel de redistribuidor del comercio mundial. En un segundo plano, Japón incrementó notoriamente su producción, gracias al pedido de sus aliados europeos.
Desde un punto de vista social, aumentaron las diferencias de clases entre quienes se habían favorecido de la guerra (banqueros, industriales, comerciantes...) y los asalariados empobrecidos, lo que derivo en conflictos y movimientos obreros de protesta. También, la guerra ofreció a las mujeres un nuevo lugar dentro de la sociedad, incorporándose a la vida laboral y reivindicando su emancipación.

viernes, 18 de febrero de 2011

miércoles, 16 de febrero de 2011

Asesinato en Sarajevo

Atentado en Sarajevo

IMAGENES ASESINATO DE FRANCISCO FERNANDO











Atentado en Sarajevo


Atentado en Sarajevo

El atentado de Sarajevo

El atentado perpetrado por extremistas serbios contra el heredero de la corona austriaca y su esposa desató el 28 de junio de 1914 la llamada crisis de julio en Europa. Un mes después comenzó la Primera Guerra Mundial.

El archiduque Francisco Fernando de Austria (1863-1914) y su esposa, la condesa Sofía (1868-1914), acababan de visitar al emperador alemán Guillermo II de Prusia y llegaron a Sarajevo para presenciar la clausura de maniobras militares de las fuerzas armadas austríacas en Bosnia. En el camino hacia el centro de Sarajevo, el convoy de vehículos tuvo que desplazarse relativamente despacio, lo que fue muy propicio a los planes de los asesinos que los acechaban.

El emperador Guillermo II de Prusia y su hijo, el príncipe heredero Guillermo.El emperador Guillermo II de Prusia y su hijo, el príncipe heredero Guillermo.

Un primer intento fracasa

El primer intento de asesinato fracasó debido al sereno movimiento de una mano del heredero del trono. Con el rabillo del ojo vio algo negro que se acercaba volando, hizo un movimiento de protección con la mano, atinando a la granada de mano y lanzándola lejos del automóvil. El explosivo cayó delante del vehículo que le seguía, y al estallar hirió a dos de sus ocupantes. El criminal trató de suicidarse ingiriendo cianuro pero el veneno no surtió efecto provocándole tan sólo fuertes vómitos. Fue detenido por los transeúntes mientras que el convoy del archiduque aceleró la marcha hacia el Palacio Municipal. Ahí fue decidido continuar el camino hacia el lugar en donde tendrían lugar las maniobras militares, pero a través de otra ruta.

Poco después de iniciado el camino, un conductor de uno de los vehículos que precedían el convoy, se percató de que habían elegido un camino equivocado. Los vehículos tuvieron que regresar a marcha lenta. Un segundo asesino se había apostado en las inmediaciones y aprovechando un momento propicio disparó con su pistola dos veces contra Francisco Fernando, atravesándole la arteria carótida. Sofía fue herida gravemente en el abdomen. El asesino ingirió una cápsula de cianuro, que tampoco tuvo el efecto deseado. Mientras que el hombre era detenido por una muchedumbre enardecida, Francisco Fernando y su esposa Sofía morían dentro del vehículo a consecuencia de los disparos.

Los interrogatorios de los asesinos dieron como resultado que ambos eran seguidores de un movimiento paneslavo. Pertenecían a una organización respaldada por Rusia, que buscaba la unificación de todos los pueblos eslavos. Dado que en el Imperio Austro-Húngaro vivían muchos eslavos, el heredero de la corona austríaca había sido elegido desde hacía tiempo como blanco de un atentado.

Atentado en Sarajevo

Atentado en Sarajevo.



Atentado en Sarajevo. 1914

Asesinato de Francisco Fernando( Sarajevo)

Domingo. 28 de Junio de 1914:

Aquella ciudad amaneció engalanada ese domingo. En su estación de trenes las autoridades esperaban ansiosas. La multitud alborotaba el trayecto hasta el palacio municipal: sabían que los visitantes divulgaron que visitarían la "leal" ciudad. La ovación y vivas destinados a la caravana de automóviles no hacían presentir la tragedia. Un obrero gráfico arrojó su bomba al paso del automóvil y el archiduque la rebotó con un brazo. Al caer explotó. El príncipe y su esposa salieron ilesos, pero varias esquirlas -que también averiaron la carrocería del automóvil- hirieron a algunos miembros del séquito.

El criminal fue apresado y el automóvil volvió a arrancar. Se asegura que la duquesa -que esperaba terminar bien el día de otro aniversario de su boda principesca - rogó al archiduque que suspendiera la visita al palacio municipal. Pero el gobernador anfitrión un general avezado, exclamó: "Continuaremos adelante. Ya pasó todo el peligro, porque en esta ciudad no hay más que un asesino". Había dos.

Un estudiante, que logró escabullirse con otros en complot, inmediatamente después del fracaso con la primera bomba, aguardaba en la calle principal la segunda oportunidad.

El archiduque, más confiado, había ordenado al chófer que condujera despacio porque quería observarlo todo. A ese paso resulta posible que haya visto al joven arrojar primero una bomba que no estalló. Eran las 11,30 cuando, inmediatamente - pistola Browning en mano - disparó a corta distancia. Una bala cortó las dos carótidas del archiduque y otra dio en el pecho de la esposa que cayó sobre el marido, mientras el general anfitrión creía que se había desmayado.

El criminal tuvo tiempo de contemplar serenamente su macabra obra hasta que lo apresaron y protegieron del seguro linchamiento.

Los moribundos también pudieron cruzar un último y dramático diálogo: "Viva usted para nuestros hijos", le dijo el archiduque a su esposa, creyendo que sobreviviría. Cuando la bajaron, el archiduque se desplomó en el asiento, pálido el rostro, rígidos los enormes bigotes manchados por la boca sangrante… murió poco antes que ella.

Evento detonante de la Primera Guerra Mundial. Asesinato del archiduque de Austria Francisco Fernando (heredero del trono de Francisco José) y su esposa Sofía Chotek, en Sarajevo, a manos del estudiante nacionalista serbio Gavrilo Princip.


FOTOGRAFIA ASESINATO EN SARAJEVO

Atentado de Sarajevo












lunes, 14 de febrero de 2011

Alfred Dreyfus

Nació en el seno de una acaudalada familia de origen judío dedicada a la fabricación de textiles, que abandonó Alsacia cuando esta región fue anexionada por Alemania tras la Guerra Franco-Prusiana (1871). En 1872 opta por la ciudadanía francesa y decide dedicarse a la carrera militar, con el deseo de ver reintegrada Alsacia a Francia. En 1882 entra en la École polytechnique, decidido a emprender la carrera militar, alcanzado el grado de oficial de artillería. Consigue el grado de capitán en 1889; en 1890 entra en la Escuela de Guerra y en 1893 en el Estado Mayor del Ejército en el Ministerio de la Guerra francés, momento en el que surgen falsas acusaciones (el famoso Caso Dreyfus), que le mantienen apartado del ejército y recluido en la Isla del Diablo, hasta que en 1906 es exonerado y reintegrado en el ejército con todos los honores, retirándose con el grado de comandante.
En 1914, ya teniente coronel, toma el mando de una unidad de reaprovisionamiento en el curso de la Primera Guerra Mundial. Tras la paz, regresó a su retiro hasta su muerte en 1935, a los 75 años.

Caso Dreyfus
El caso Dreyfus fue un polémico asunto en el que se vio implicado el oficial del ejército francés Alfred Dreyfus, por el que se le declaró culpable del cargo de traición en 1894. Su condena provocó un conflicto nacional que llevó al sector republicano progresista a una posición dominante en la vida política francesa y que culminó con la separación de la Iglesia y el Estado en Francia.

-El proceso contra Dreyfus-
Dreyfus, un capitán de artillería de origen judío asignado al Estado Mayor General de París, fue acusado de traición en 1893. Concretamente, se le imputaba el haber escrito un bordereau ("lista" en francés) con una relación de documentos militares secretos del gobierno francés, que pretendía enviar a la embajada alemana en París. Un tribunal militar le declaró culpable en 1894; fue degradado y se le trasladó a la isla del Diablo, en la que debía permanecer prisionero durante el resto de su vida. Dos años después del juicio, en 1896, el teniente coronel George Picquart, jefe de la inteligencia militar francesa en esos momentos, descubrió pruebas que revelaban que el verdadero autor del bordereau sobre el que se articulaba la traición, atribuido a Dreyfus, era un oficial de infantería francés, el comandante Marie Charles Esterházy. Los superiores de Picquart le obligaron a guardar silencio y le relevaron del servicio activo. Al mismo tiempo, familiares y amigos de Dreyfus descubrieron pruebas similares de la implicación de este comandante. El ejército, a fin de evitar un escándalo, sometió a Esterházy al juicio de un tribunal militar, pero fue absuelto a principios de 1898. En agosto de este mismo año, el teniente coronel Hubert Joseph Henry confesó que, como sucesor de Picquart en la jefatura de la inteligencia militar, había falsificado documentos que implicaban a Dreyfus, tras lo cual fue arrestado y se suicidó en su celda. Esterházy fue expulsado del ejército y, tras abandonar Francia, se estableció en Inglaterra.
En 1899, el caso Dreyfus fue llevado ante la Cour de Cassation (Tribunal de Apelación), que ordenó celebrar un nuevo juicio. En este segundo proceso se volvió a declarar culpable al militar judío, pero su condena quedó reducida a diez años de prisión. Diez días después, un nuevo gobierno, más progresista, encabezado por Pierre Waldeck-Rousseau y con Émile Loubet como presidente, anuló el veredicto y otorgó el perdón a Dreyfus. Fue totalmente rehabilitado siete años después, en
1906, gracias a una sentencia del Tribunal de Apelación; el ejército le readmitió con la graduación de comandante y le concedió la Legión de Honor. Sirvió en la I Guerra Mundial como teniente coronel. Con respecto a los demás implicados en el caso, Esterházy permaneció en Inglaterra y confesó haber sido un espía alemán a finales de 1899; Picquart, su acusador, fue restituido en su puesto, ascendido a general y nombrado ministro de Guerra del gabinete presidido por Georges Clemenceau.
-Implicaciones sociales y políticas-
El caso Dreyfus fue el detonante que originó la explosión social y política de la inestable Francia de finales del siglo XIX. Los grupos extremistas de la derecha y la izquierda utilizaron este suceso para demostrar su descontento ante el orden imperante. Cuando se declaró a Dreyfus culpable en su primer consejo de guerra, las poderosas fuerzas antisemitas de esa época, arraigadas especialmente en el ejército francés, desencadenaron una ola de propaganda contra los judíos. En un principio, el sector liberal del pueblo francés permaneció en silencio ante la aparente culpabilidad de Dreyfus. Sin embargo, no fue ésta su actitud tras el descubrimiento de las pruebas contra Esterházy, la destitución de Picquart, su acusador, y la posterior absolución de aquél. Estas evidentes injusticias provocaron protestas generalizadas y el caso Dreyfus no tardó en convertirse en la cuestión pública más importante de Francia. La derecha, el ejército y la Iglesia católica apoyaron el veredicto del tribunal militar. Los liberales y numerosos intelectuales, encabezados por el novelista Anatole France y por el poeta y ensayista Charles Péguy, lo denunciaron.
El novelista Émile Zola publicó una exaltada carta en el periódico parisino L'Aurore en enero de 1898, titulada J'accuse ("Yo acuso"). La valerosa denuncia que realizó Zola de las autoridades militares y civiles, a las que acusó de haber mentido, le acarreó ser juzgado por libelo y condenado a pagar una multa y pasar un año en prisión. Sin embargo, Zola huyó a Inglaterra y, durante su breve y voluntario exilio, el juicio y la amplia publicidad que se dio a esta polémica hicieron del caso Dreyfus un tema de interés mundial.
La reclamación pública de un nuevo juicio para Dreyfus fue omnipresente y clamorosa. El veredicto del segundo consejo de guerra, en el que se declaró nuevamente culpable al militar judío, fue tan impopular que dio la victoria a un gobierno de talante liberal en las elecciones nacionales de 1899. El poder y el prestigio del ejército francés disminuyeron después de 1900, y fue propuesta ante la Asamblea una legislación anticlerical que llevó en 1905 a la separación entre la Iglesia y el Estado.

Dreyfus

Alfred Dreyfus (Mulhouse, Francia, 9 de octubre de 1859 - París, Francia, 12 de julio de 1935). Militar francés.

Nació en el seno de una acaudalada familia de origen judío dedicada a la fabricación de textiles, que abandonó Alsacia cuando esta región fue anexionada por Alemania tras la Guerra Franco-Prusiana (1871). En 1872 opta por la ciudadanía francesa y decide dedicarse a la carrera militar, con el deseo de ver reintegrada Alsacia a Francia. En 1882 entra en la École polytechnique, decidido a emprender la carrera militar, alcanzado el grado de oficial de artillería. Consigue el grado de capitán en 1889; en 1890 entra en la Escuela de Guerra y en 1893 en el Estado Mayor del Ejército en el Ministerio de la Guerra francés, momento en el que surgen falsas acusaciones (el famoso Caso Dreyfus), que le mantienen apartado del ejército y recluido en la Isla del Diablo, hasta que en 1906 es exonerado y reintegrado en el ejército con todos los honores, retirándose con el grado de comandante.En 1914, ya teniente coronel, toma el mando de una unidad de reaprovisionamiento en el curso de la Primera Guerra Mundial. Tras la paz, regresó a su retiro hasta su muerte en 1935.

Caso Dreyfus:

En 1894, el Capitán Alfred Dreyfus del ejército francés es acusado de espionaje por un tribunal militar francés, sentenciado a prisión perpetua y enviado a la île du Diable en la Guyana Francesa. La única evidencia en su contra es un trozo de papel manuscrito dirigido al mayor Max von Schwartzkoppen –agregado militar alemán en París– encontrado en un tacho de basura y cuya caligrafía apenas se asemeja a la de Dreyfus. Durante el juicio público, la muchedumbre, incitada por la prensa anti-semita, hostiga a Dreyfus con gritos e insultos.
El Caso Dreyfus dividió a la sociedad francesa. Por un lado el gobierno derechista, el ejército nacionalista, la Iglesia Católica y los partidos conservadores, que unieron fuerzas en el bando anti-Dreyfus (con grandes características anti-semitas), por el otro las fuerzas progresistas –republicanos, socialista y anticlericales– liderados por Émile Zola y Jean Jaurès entre otros, que hicieron suyas la lucha por los derechos humanos en la República.
En 1896 se descubre evidencia que implica a Ferdinand Walsin Esterhazy como el autor del espionaje. A pesar de un intento militar por suprimir la evidencia, Esterhazy es juzgado en 1898, aunque el tribunal militar lo absuelve en un juicio que dura apenas unos minutos. Émile Zola escribe entonces una carta abierta, J'accuse, acusando a los jueces de complicidad. Zola es sentenciado a la cárcel por injurias, pero logra escapar a Inglaterra. Ese mismo año se hace público que gran parte de la evidencia en contra de Dreyfus fue falsificada por el Coronel Henry. Luego del suicidio de éste último, y la fuga de Esterhazy a Inglaterra, la condena a Dreyfus se hace insostenible. El caso se reabre en 1899, pero la soberbia de la corte militar le impide aceptar la realidad, y vuelve a encontrar a Dreyfus culpable, sentenciándolo esta vez a diez años de prisión. Sin embargo la situación política francesa ha cambiado, y el Presidente Émile Loubet se ve obligado a otorgarle el perdón. En 1906 la Corte de Apelaciones exhonera a Dreyfus, y en 1930 su inocencia queda definitivamente afirmada con la publicación de los documentos de Schwartzkoppen.


Militar francés (Mulhouse, Alsacia, 1859 - París, 1935). Pertenecía a una familia judía que abandonó Alsacia cuando fue anexionada por Alemania tras la Guerra Franco-Prusiana (1871). Siguió la carrera militar, adquiriendo el grado de capitán del ejército francés en 1889. Estaba destinado en el Estado Mayor cuando, en 1894, estalló el caso Dreyfus: el espionaje francés descubrió que los alemanes habían recibido documentos secretos entregados por un militar francés; una torpe investigación llegó a la conclusión de que Dreyfus era el culpable (sin más indicios que un leve parecido caligráfico). Un consejo de guerra le condenó por traición, fue expulsado del ejército y enviado de por vida al presidio de la Isla del Diablo (Guayana).

El caso Dreyfus tuvo como origen un error judicial,1 sobre un trasfondo de espionaje y antisemitismo, en el que la víctima fue el capitán Alfred Dreyfus (1859-1935), de origen judío-alsaciano, y que durante doce años, de 1894 a 1906, conmocionó a la sociedad francesa de la época, marcando un hito en la historia del antisemitismo.

La revelación del escándalo en Yo acuso (J'accuse), un artículo de Émile Zola en 1898, provocó una sucesión de crisis políticas y sociales inéditas en Francia que, en el momento de su apogeo en 1899, revelaron las fracturas profundas que subyacían en la Tercera República Francesa. Dividió profunda y duraderamente a los franceses en dos campos opuestos, los dreyfusards (partidarios de Dreyfus) y los antidreyfusards (opositores a Dreyfus). Reveló también la existencia en la sociedad francesa de un núcleo de violento nacionalismo y antisemitismo difundido por una prensa sumamente influyente. El caso se convirtió en símbolo moderno y universal de la iniquidad en nombre de la razón de Estado.

El escritor Émile Zola y los líderes políticos Jean Jaurès (socialista) y Clemenceau (radical) encabezaron la causa de los dreyfusards a partir de la publicación en el periódico de este último (L’Aurore) de una carta abierta de Zola al presidente de la República (titulada «Yo acuso»), en la cual acusaba al tribunal que juzgó a Esterhazy de haberle declarado inocente a sabiendas de que era culpable.

sábado, 5 de febrero de 2011

LA CUESTIÓN DEL IMPERIALISMO.

Desde el punto de vista económico, ¿por qué las colonias? La primera forma de la colonización es la que ofrece un asilo y trabajo al excesivo crecimiento de la población de los países pobres o de los que poseen una población numerosa. Pero hay otra forma de colonización: la que se adapta a los pueblos que poseen un exceso de capitales o un excedente de productos (...) las colonias son para los países ricos una inversión de capitales de las más ventajosas. Os digo que Francia, que siempre ha disfrutado de grandes capitales y ha exportado cantidades considerables de estos al extranjero, tiene interés en considerar este aspecto más importante de la cuestión colonial (...)

Desde este punto de vista, repito, la fundación de una colonia es la creación de un mercado.


- Indica la postura del autor sobre la cuestión colonial. ¿Como justifica el imperialismo?

viernes, 4 de febrero de 2011

KIPLING

Escritor británico controvertido por sus ideas imperialistas y uno de los mas grandes cuentistas de la lengua inglesa.
Con seis años fue enviado a Inglaterra a un internado a Devonshire para ser formado para el ingreso en la academia militar, pero sus notas no lo posibilitaron. En 1892 regrresó a la India comenzando a trabajar para "La gaceta civil y militar", en donde escribió historias cortas; ingresó en una logia masónica con veinte años y publicó pr primera vez a sus veintidós años. fue periodista en Lahore y escribio relatos como Cuentos de colinas 1887 y El libro de la selva en 1894.
En 1892 se casó con una americana y se marchó a vivir a Estados Unidos, pero alli no se encontraba satisfecho y se regresó a Inglaterra, en donde continuó su vida literaria.
En 1907 se le concedió el Premio Nobel de Literatura siendo el primer inglés en conseguirlo.

Kipling, Rudyard (Bombay 1865 – Londres)

Escritor británico. En sus relatos y novelas recrea en un tono de romántica exaltación y gran poder evocador las tradiciones de la antigua Inglaterra y el ambiente de la India colonial. Sus narraciones de sus aventuras se cuentan entre los clásicos del género. De sus novelas merecen destacarse “El libro de la selva”(1894), “Capitanes intrépidos” (1897),”Kim” (1901) y “Puck, de la colina de Pook”(1905), y de su obra en verso los poemas “If” y “Recessional” (1897). En 1907 fue premiado con el Nobel de literatura. Kipling figura entre los principales escritores de relatos ingleses. Como poeta destaca por sus versos escritos en la jerga habitual de los soldados británicos. Su literatura gira siempre en torno a tres ejes: el patriotismo, el deber de los ingleses de llevar una vida de intensa actividad y el destino de Inglaterra, llamada a ser un gran imperio. Su insistencia en este último aspecto era sin duda un eco del pasado victoriano y perjudicó gravemente su reputación como escritor en los años posteriores a la I Guerra Mundial.

Rudyar Kiplin

(Bombay, 1865 - Londres, 1936) Narrador y poeta inglés, controvertido por sus ideas imperialistas y uno de los más grandes cuentistas de la lengua inglesa. Pertenecía a una familia de origen inglés , y pasó en la India los primeros tiempos de su infancia.

Luego de un largo viaje por el Japón y los Estados Unidos, que relató en una serie de cartas (Letters of marque) publicadas en The Pioneer y más tarde en los dos volúmenes de De mar a mar (1889), escribió otra serie de narraciones indias para The Macmillan's Magazine, reunido luego en Peripecias de la vida (1891).

Luego de haber intentado sin demasiado éxito la novela en La luz que se apaga (1891), realizó otros largos viajes a Estados Unidos, Australia y Sudáfrica. También publicó: Invenciones varias (1893), El libro de la jungla (1894), El segundo libro de la jungla (1895) y Capitanes intrépidos (1897).

En El libro de la jungla y su continuación presenta un mítico mundo animal, regulado por las férreas leyes de la fuerza, donde Mowgli, el cachorro humano, es acogido fraternalmente y encuentra de nuevo las huellas de una afinidad y una simpatía atávicas; se trata de la primera obra maestra de cuantas escribiera Kipling para muchachos. A ella siguieron más tarde Precisamente así. Historias para niños (1902) y las delicadas leyendas, llenas de "humour" y lirismo sutil, reunidas en Puck (1906) y Recompensas y hadas (1910).

Sus últimas obras son colecciones de relatos y de textos diversos escritos con ocasión de la primera Guerra Mundial. Las más importantes son Debits and Credit (1926) y Limite and Renewals (1932). La obra maestra de Kipling es Kim (1901), en la que a través del hilo conductor de las aventuras de un muchacho ofrece un cuadro clásico de los aspectos más pintorescos de la India.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Texto Bakunin

“DIOS Y EL ESTADO” 1971

Se trata de una fuente histórica primaria, de naturaleza político-social y destinatario público. El texto en el que nos encontramos es concretamente en el de “Dios y el Estado” escrito por Mijail Bakunin en el año 1971. Bakunin nació el 30 de mayo de 1814 y murió el 1 de julio de 1876.Fue un conocido anarquista ruso contemporáneo de Karl Marx. Es posiblemente el más conocido de la primera generación de filósofos anarquistas, está considerado uno de los padres del anarquismo, dentro del cual defendió la tesis colectivista. Además también perteneció a la francmasonería, con la intención de inclinarla hacia postulados anarquistas.

Contexto: Movimientos obreros y dentro de éste el “anarquismo colectivista”.

-Anarquismo colectivista-

Es una corriente de pensamiento acerca de la economía. La propiedad de los medios de producción, distribución y cambio debe ser social y administrada colectivamente por los propios trabajadores reunidos en pequeñas asociaciones por afinidad mientras que cada uno de ellos produce según su voluntad (o según lo acordado) y cada uno debe recibir el producto íntegro de su trabajo según su mérito individual. Estas asociaciones a su vez estarían confederadas a través del principio federativo.

La idea principal es la abolición del Estado.

Ideas secundarias tenemos:

- Están en contra de las instituciones que van en contra de la naturaleza.

- Abolición de la Iglesia y el Estado.

- Objetivo político: anarquía. En la cual quedaría suprimido el Estado y sería sustituido por una asociación libre de individuos, a la que puedes pertenecer o no.

Conclusión.

Deseo de implantar una anarquía como forma de organización social.

"Dios y Estado", 1971

"En la naturaleza como en la sociedad humana, que no es aún otra cosa que esa misma naturaleza, todo lo que vive, sólo con esa condición suprema de intervenir de la manera más positiva, y tan poderosamente como comporte su naturaleza, en la vida ajena. La abolición de esta influencia mutua sería, pues, la muerte. Y cuando reivindicamos la libertad de las masas no pretendemos en absoluto abolir ninguna de las influencias naturales de ningún individuo ni de ningún grupo de individuos que ejercen su acción sobre ellas. Lo que queremos es la abolición de las influencias artificiales, privilegiadas, legales, oficiales. Si la Iglesia y el Ejército pudieran ser instituciones privadas, nosotros seríamos indudablemente sus adversarios, pero no protestaríamos contra su derecho a existir. Pero protestamos contra ellos porque siendo indudablemente instituciones privadas en el sentido de que sólo existen en efecto para el interés particular de las clases privilegiadas, no por ello se sirven menos de la fuerza colectiva de las masas organizadas con objeto de imponerse autoritaria, oficial y violentamente a las masas".

Es un texto histórico de naturaleza político-social y de destinatario público.

Es un fragmento de la obra "Dios y Estado" (1971) escrito por M. Bakunin, un conocido anarquista ruso contemporáneo de Karl Marx. Es posiblemente el más conocido de la primera generación de filósofos anarquistas, está considerado uno de los padres del anarquismo, dentro del cual defendió la tesis colectivista. Además también perteneció a la francmasonería, con la intención de inclinarla hacia postulados anarquistas.

Fue escrito en contexto del anarquismo colectivista.
Su idea principal es la abolición de la Iglesia y del Ejército, como pilares que sostentan un modelo de sociedad que no es natural.
Y su idea secundaria es la colectivización de la propiedad como derecho natural.

Su objetivo es conseguir la Anarquía como pequeñas comunidades de autogestión.



Unidad 5. Las potencias y el orden internacional en el siglo XIX.

IMPERIALISMO Y COLONIALISMO.

1. CONCEPTO.

Desde sus orígenes hacia 1840, el término imperialismo es uno de los más complejos de definir. Primeramente, hay que hacer una distinción entre el sentido político del mismo, que designa cualquier extensión de influencia política, económica y cultural fuera de las fronteras nacionales, y el sentido polémico de sujeción y explotación, desarrollado a partir de la terminología marxista y que, sobre todo desde el año 1955, se confunde frecuentemente con el de colonialismo. En ese sentido, y con el fin de precisar los conceptos, podemos definir el imperialismo como la generalización de las relaciones de dominio, por parte de las grandes potencias, sobre las áreas del planeta menos desarrolladas, mientras el colonialismo supondría la ampliación a nivel mundial de los procesos económicos, sociales, políticos y culturales antes restringidos a Europa y Estados Unidos.

2. TEORÍAS SOBRE EL IMPERIALISMO.

2.1. Justificaciones al Imperialismo.

El imperialismo colonial recurrió desde el principio a justificaciones que aglutinaron a sectores ideológicos tan dispares como el conservadurismo liberal y el socialismo. Los argumentos esgrimidos fueron tan variados como los grupos que los representaban pero todos tenían en común la defensa del fenómeno colonial.
El más frecuente, divulgado por Kipling, justificaba la acción por la supremacía de la civilización occidental y los deberes de ésta para con los pueblos atrasados, enlazando con los ideales ilustrados de solidaridad. Esta concepción encerraba a su vez dos planteamientos: el imperialismo humanitario y el racial. El primero adopta el carácter de un imperialismo filantrópico en las obras e ideas de Rhodes, Livingston o Chamberlain. El imperialismo racial se inspira en el darwinismo extendido a las relaciones entre grupos humanos.
Un segundo argumento justificaba el imperialismo desde premisas nacionalistas: la defensa de los intereses políticos, económicos o estratégicos. Así, Jules Ferry o Ch. Julien lo hacen desde la necesidad de dominar los mercados de la nueva economía, y Bennet desde la posesión de zonas estratégicas para las grandes potencias.
También se levantaron voces justificando la acción imperialista por el carácter regenerador que poseía para las sociedades colonizadoras, tesis que defienden Carlyle en Inglaterra o Reclus en Francia. El imperialismo socialista insiste en el doble beneficio de la expansión para los países colonizados y para las clases obreras europeas: Manifiesto Fabiano de 1900 y teorías de Renner.

2.2. Explicaciones científicas.

Pero, por encima de las justificaciones ideológicas aparecieron inmediatamente teorías preocupadas por analizar científicamente el fenómeno y basadas esencialmente en la determinación de las causas que desarrollan el imperialismo. Fieldhouse distingue dos tipos:

- Periféricas. Según estas tesis el imperialismo respondería a estímulos externos de las propias colonias más que a fenómenos relacionados con la propia metrópoli: sub-imperialismo colonial.
- Eurocéntricas. Son las tesis predominantes; según éstas la expansión imperialista es reflejo de las necesidades y circunstancias de los países europeos. Se dividen en dos grandes grupos: las que admiten una supremacía de los factores económicos y aquellas que priman la acción política sobre la económica.
. La explicación económica presenta a su vez dos líneas interpretativas. La primera, restrictiva y de carácter financiero, relaciona el imperialismo colonial con la necesidad de invertir capitales excedentes y establecer un capitalismo monopolista. Este planteamiento aparece ya en 1898 en la obra del americano Charles Conant, The Economic Basis of Imperialism, y fue recogido en la del inglés Hobson, Imperialism a study, publicada en Londres en 1902. Una segunda línea interpretativa no hace referencia sólo a las necesidades de mercados y materias primas aunque considera fundamentales los factores económicos.
. Una segunda interpretación afirma la importancia de las consideraciones políticas en la expansión a ultramar. Entendidas como una tendencia histórica de masas que obliga a la dominación de otros hombres o colectividades, según Schumpeter; o un ciclo político común a las grandes potencias que pasa por diferentes estadios: poder, gloria, expansionismo territorial y misionerismo religioso, como propone Raymond Aron.
Recientemente se ha vuelto a dar valor a los datos psicológicos y afectivos del imperialismo: orgullo, espíritu combativo y prestigio, con autores como Brunsnchwig en Francia y Robinson en Inglaterra. Los historiadores de las relaciones internacionales, por su parte, se inclinan por considerar tanto las razones económicas como las políticas, realzando estas últimas.
En la actualidad, se reconoce la imposibilidad de explicar el fenómeno desde una sola perspectiva y tienden a considerarse múltiples causas en la génesis del imperialismo colonial, a pesar de lo cual autores como Hobsbawn, La era del Imperio, insisten en una cierta preeminencia economicista.

3. LA EXPANSIÓN COLONIAL.

En el siglo XIX, Europa extiende su acción al mundo entero. No obstante, la expansión europea se había iniciado desde finales de la Edad Media, siendo distintos los tipos de acción, los intereses y los resultados de esta expansión en las distintas fases del fenómeno:

- Hasta fines del siglo XVIII. Se produce un colonialismo incipiente al hilo de los grandes descubrimientos de españoles y portugueses, y en menor medida holandeses, ingleses y franceses. Se fundamenta esencialmente en fenómenos de evangelización y mercantilismo.
- Durante el siglo XIX, hasta 1880. Se asiste a una mayor proyección del fenómeno, favorecida por la Revolución Industrial y sus intereses económicos, y por la posición política de países como el Reino Unido y Francia que se fortalecen como potencias coloniales en detrimento de las viejas potencias.
- Entre 1880 y 1914. Se alcanza la plenitud del imperialismo. A Francia y Gran Bretaña se suman ahora nuevas potencias europeas como Rusia, Alemania e Italia, y extraeuropeas, como Estados Unidos y Japón. La multiplicidad de competidores, la escasez de tierras disponibles, la movilización pasional de la opinión pública y la presión de factores económicos generalizan el fenómeno y provocan una rivalidad cada vez mayor que desemboca en conflictos mundiales.
A partir de este momento las fases se traducen en una desaceleración e inversión –al menos desde el punto de vista político- del proceso.

3.1. CAUSAS DE LA EXPANSIÓN COLONIAL.

Una serie de profundas transformaciones estimularon la expansión europea y las rivalidades entre potencias y han sido utilizadas para explicar el fenómeno:

- Demográficas. Se fundamentan en el crecimiento de la población europea, la emigración y su correlación con el movimiento de capitales. La historiografía actual matiza la importancia de esta causa, pues buena parte de la población desplazada se dirige hacia América y no puede considerarse dentro del hecho colonial.
- Económicas. Muy valoradas por los historiadores marxistas, se centran en dos aspectos destacados: la búsqueda de nuevos mercados y la búsqueda de materias primas.
- Políticas. Son de tipo estratégico o de prestigio: nacional, para alcanzar el status de gran potencia, o personal, como promoción militar o política de los gobernantes del momento.
- Culturales. Son muy variadas y obedecen a la efervescencia ideológica del momento: la exaltación nacionalista, la superioridad de la civilización europea, la propagación de la fe, la evocación gloriosa de pasados coloniales, la mejora de las condiciones de vida de la clase trabajadora y en la proliferación de sociedades coloniales.
- Tecnológicas. Están relacionadas con los avances en el sector del transporte.
- De dinamismo cultural. Una vez constituida una colonia servía como plataforma desde donde iniciar la expansión hacia otras nuevas.

3.2. MODALIDADES DE COLONIZACIÓN.

El establecimiento de una colonia estaba determinado por el desarrollo de una serie de fases, que iban desde la conquista a la explotación, pasando por el modelo de organización establecido en la misma.
La primera fase, de conquista, consiste en la ocupación militar del territorio. La diferencia de potencial bélico entre el ejército invasor y el autóctono –si es que existe- hace que este proceso sea en general muy fácil para la metrópoli, cuando no llega incluso a contar con la colaboración de tropas indígenas.
La segunda fase, de organización, obedece a la necesidad de resolver los problemas que presenta la ocupación, optándose por diversos modelos administrativos atendiendo al territorio o a las necesidades de la metrópoli sobre el mismo. Es clásico oponer el sistema británico del indirect rule al francés de la asimilación y centralización. Pero, aunque en líneas generales sea válido para mostrar los distintos planteamientos existentes entre ambas naciones, no basta para definir el verdadero mosaico de la administración colonial.
La tercera fase, de explotación, resultaba ser la principal preocupación de las potencias. En este sentido se distinguen dos tipos de colonias: explotación, realizada por el gobierno o empresa occidental, de donde se obtienen grandes beneficios, y poblamiento, se establece una gran población blanca que impone su modo de vida a los indígenas.

3.3. EL COLONIALISMO EN EL SIGLO XIX.

El colonialismo europeo de los tres primeros cuartos del siglo XIX refleja una realidad mundial en profunda transformación tras el Congreso de Viena. Ciencia y técnica van a jugar un papel determinante en este proceso. Las exploraciones geográficas renacen a partir del segundo cuarto del siglo, orientadas hacia el Pacífico.
Tras los procesos de emancipación en América latina y la proclamación de la doctrina Monroe, los ojos de las potencias europeas se trasladaron de escenario. Asía despertará primero un interés creciente y África se convertirá poco después en objetivo de viajeros y científicos. Inglaterra se constituye en la potencia hegemónica del mundo y en la dueña de los mercados exteriores que resultan fundamentales para el crecimiento de la industria británica. Mediado el siglo posee escalas en el Mediterráneo (Gibraltar), la Ruta de las Indias (El Cabo) y la Ruta de China (Singapur); establecimientos comerciales en la costa africana: Sierra Leona y Gambia; colonias de plantación en las Antillas, Honduras y Guayana; colonias de poblamiento en Canadá. Australia y Nueva Zelanda; colonias de explotación en la India (administrada hasta 1857 por la Compañía de las Indias Orientales)
A partir de 1873 y coincidiendo con la Gran Depresión motivada por la crisis de superproducción, el orden establecido se resquebraja y nuevas naciones tratan de acabar con la situación de monopolio que goza Gran Bretaña. Francia consiguió establecer un gran imperio colonial como respuesta a la crisis económica provocada por la derrota en la guerra franco- prusiana de 1870 y favorecido por la política expansionista de Jules Ferry, cuyos objetivos fueron controlar el África mediterránea (colonización de Argelia, protectorado de Túnez y ejecución del Canal de Suez), establecer contacto con China (a través de la formación de la Unión Indochina) y ocupar Madagascar. Alemania, Rusia y Japón siguieron procesos parecidos, la primera en África y las otras dos en Asía. A pesar de ello, Inglaterra continuó con su política imperialista, especialmente tras la crisis de 1882, favorecida por Disraeli, Salisbury y Chamberlain. En todos los casos, los escenarios fueron siempre dos: Asia y África.

3.3.1 La expansión en Asia.

Se desarrolla paralelamente al reparto de África. Con la ejecución del Canal de Suez las rutas septentrionales del Índico adquirieron una importancia decisiva. Además, la apertura de los mercados chinos y el deseo de proteger territorios ya adquiridos estimularon las intervenciones de las potencias.

3.3.2. El reparto de África.

África era a principios del siglo XIX un continente desconocido. Aunque sus costas habían sido exploradas desde la época de los Grandes Descubrimientos, su interior no. Este comenzó a ser conocido a través de esporádicas expediciones científicas y coloniales. Desde este momento, Inglaterra tuvo la idea de formar un imperio que se extendiera de norte a sur, de Egipto a Sudáfrica. Y Francia pretendía extender sus dominios de oeste a este, desde el Sáhara a Eritrea. Estos deseos y lo inexplorado del territorio se convirtieron en una rápida carrera entre los países europeos por incorporar nuevas colonias, provocando no pocas tensiones entre ellos que trataron de resolverse en la Conferencia de Berlín, de 1885.

3.3.3. Las nuevas potencias imperialistas.

En la expansión imperialista participaron también dos estados extraeuropeos: Estados Unidos y Japón. Ambos transformaron profundamente su economía a lo largo del XIX y aunque su posición de primeras potencias sólo quedó consolidada en el siglo XX, defendieron la ampliación territorial de su influencia económica y política.

3.3.4. El colonialismo español.

El fenómeno imperialista español se vincula a la política de prestigio llevada a cabo la Unión Liberal, favorecida por una cierta consolidación del Estado y una economía robustecida gracias al aporte de las inversiones extranjeras. Pérez Galdós la justifica como un “medio de integración nacional, que disciplinaría las almas y las haría más dóciles a la acción política”.
Las intervenciones militares de la Unión Liberal pueden clasificarse en tres grupos: aquellas que se hicieron en colaboración con Francia y Gran Bretaña (Annam y México); la que se llevó a cabo para reafirmar la vocación africanista de España (Marruecos); y, finalmente, las que parecían dar fundamento a un concepto de hispanidad todavía borroso (Santo Domingo y Guerra del Pacífico). El resultado de la mayor parte de ellas fue decepcionante y, en ningún caso respondió a un interés colonizador en sentido estricto. Por el contrario, se agravaron los problemas en las escasas colonias que persistían bajo dominio español: Filipinas, Puerto Rico y Cuba, que sucumbirían a la voracidad de la nueva potencia expansionista americana, los Estados Unidos, en 1898.

4. LOS CONFLICTOS INTERNACIONALES ANTES DE 1914.

Esta pregunta debe ser entendida desde el concepto historiográfico de las Relaciones Internacionales, expresado por Renouvin en la década de los 50 como un estudio de las circunstancias políticas (conflictos) y de las “fuerzas profundas” que las condicionan: intereses económicos, financieros, geográficos, militares, etc. Carmen Cortés señala cuatro grandes etapas dentro de las Relaciones Internacionales del mundo contemporáneo anterior a la Primera Guerra Mundial:

1. La Europa de la Restauración (1815-1830). Iniciada con el Congreso de Viena, tas la derrota napoleónica. Se extiende hasta la caída de los borbones en Francia.
2. La descomposición del espíritu de Viena (1831-1870). Los episodios claves de este deterioro fueron la Guerra de Crimea (1854-56) que enfrenta a las potencias por primera vez desde 1815, y los procesos de unificación (Alemania e Italia) que alteran el mapa salido de Viena.
3. La época de Birmarck (1871-1890). El canciller alemán adquiere el protagonismo internacional (tras el Tratado de Francfort de 1871, que regulaba la paz de la guerra franco-prusiana) con un sistema de relaciones con el que se pretendía: el aislamiento de Francia, la supremacía de Berlín y un tejido de alianzas que ligaban a las naciones europeas con Alemania.
4. La Paz Armada (1891-1914). Denominado también Weltpolitik (política mundial), caracterizado por la descomposición de los sistemas bismarckianos y el deterioro de las relaciones internacionales en relación con problemas derivados de la expansión colonial.
Las dos últimas son de importancia fundamental para entender el desencadenamiento de la Primera Guerra Mundial.

4.1. LA EUROPA DE BISMARCK (1871-90).

Las cláusulas del Tratado de Francfort de 10 de marzo de 1871, que ponían fin a la guerra franco-prusiana, resultaban de una gran dureza para el vencido. Se imponían a Francia fuertes indemnizaciones de guerra y los territorios de Alsacia y Lorena se incorporaban al recién unificado Imperio Alemán. Pero estas cláusulas significaban esencialmente que el centro de poder continental había pasado de Francia a Alemania, gracias a la pujanza demográfica, el desarrollo económico, el aumento de la producción industrial y la renovación militar llevada a cabo por el canciller Bismarck para el II Reich.

4.1.1. Los Sistema Birmarckianos.

Mantener la preponderancia y la cohesión del Reich y aislar a Francia serán los objetivos principales del canciller y de su complicado conjunto de alianzas y tratados conocidos históricamente como sistemas:

- El Primer Sistema. Realizado para neutralizar un posible acuerdo francés con Austria-Hungría o Rusia. En 1872 se firma la Entente de los Tres Emperadores (Guillermo I, Francisco José de Austria y el zar Alejandro II), en nombre del principio monárquico, reafirmada un año más tarde con la firma del tratado militar ruso-alemán.
Este primer sistema fracasó por:
. La “alerta de 1875”. Aumento de los mandos militares franceses tras la caída de Thiers. Apoyo de Inglaterra y Rusia.
. La “guerra ruso-turca” en los Balcanes: firma del Tratado de San Estéfano (1878). Creación de la Gran Bulgaria, con influencia rusa. Alarma inglesa. Revisión del tratado (Congreso de Berlín, 1878): disolución de la Gran Bulgaria y Austria-Hungría obtiene la administración de Bosnia-Herzegovina. El apoyo de Alemania a Austria en esta última causa supuso el fin de la Entente.

- El Segundo Sistema. Nuevo intento de mantener el “statu quo” europeo. Varias alianzas: en 1879 se firma la Dúplice Alianza, de carácter secreto con Austria. En 1881, el Tratado de los Emperadores, que garantiza la neutralidad rusa en caso de guerra franco-alemana y de Alemania en caso de guerra anglo-rusa. En 1882 , la Triple Alianza firmada por Alemania, Austria-Hungría e Italia.
. En 1885 se produce una nueva crisis balcánica: Bulgaria desea desvincularse de la tutela rusa. Tensiones autro-rusas. Firma del Tratado ultrasecreto de contraseguridad, entre Alemania y Rusia, a espaldas de Austria.

- El Tercer Sistema. En 1887 se produce la renovación de la Triple Alianza (para fortalecer el poder alemán y desagraviar a Austria) y firma de los Acuerdos del Mediterráneo (con Italia, Austria, Gran Bretaña y España, para mantener el “statu quo” mediterráneo): apoyo a Italia en sus pretensiones en el norte de África. Intento de sacar a Inglaterra de su aislamiento.
. Firma del Tratado de Reaseguro entre Alemania y Rusia.

4.2. LA PAZ ARMADA (1890-1914).

4.2.1. La relaciones Internacionales entre 1890 y 1905.

Están presididas por estos nuevos condicionamientos: la superación de la crisis económica de 1873, el aumento demográfico experimentado a partir de 1880, el recrudecimiento de los nacionalismos y la liquidación de la política de Bismarck tras la subida al trono de Guillermo II. Frente a la política de equilibrio anterior, el nuevo Káiser propugna otra de expansión imperialista.
Las grandes potencias toman posiciones ante la nueva situación:
. Alemania. Inicia un fuerte expansionismo colonial amparado en una potente marina de guerra y en la construcción de ferrocarriles como el Bagdadbahn y el Kiao Chan (China).
. Francia. Vive una etapa moderada durante la Tercera República, caracterizada por los escándalos de los sobornos en la compañía del Canal de Panamá y del Caso Dreyfus. En 1892 se firma la alianza franco-rusa que acaba con el aislacionismo bismarckiano y permite el relanzamiento de la política colonial hacia África occidental, el Sáhara y Madagascar.
. Rusia. Inicia su expansión asiática con la revisión del tratado de Shimonoseki (guerra chino-japonesa), que derivará en la obtención de Port Arthur en el Mar de China y de concesiones en Manchuria. El afianzamiento de la presencia rusa en Extremo Oriente terminaría chocando con los intereses de Japón en la guerra ruso-japonesa de graves consecuencias para el imperio zarista, que volvería sus intereses hacia los Balcanes.
. Gran Bretaña. Recelosa de la competencia marítima de Alemania, promueve alianzas con sus tradicionales enemigos: Francia (Entente Cordiale, 1904) y Rusia (Triple Entente, 1907).

4.2.2. Las crisis de preguerra (1905-14).

Desde 1900 la expansión de las potencias es motivo de numerosos conflictos:
- En Persia. Construcción del ferrocarril hacia la India. Rivalidad anglo-rusa.
- En Asia Menor. Turquía concede una red ferroviaria a Alemania. Rivalidad económica con Francia. Rusia e Inglaterra lo consideran una amenaza militar.
- En Etiopía. Concesión a Francia del ferrocarril entre Djibuti y Addis-Abbeba. Enfrentamiento de intereses con Inglaterra e Italia. Los tres estados se reparten Etiopía en zonas de influencia económica.
Tras estos primeros focos de tensión, resueltos por la vía diplomática, Alemania va a poner a prueba a la Entente forzando situaciones críticas que fortalecerán las alianzas establecidas y conducirán inevitablemente a la Guerra. Duroselle y Milza hablan de 5 grandes crisis internacionales:

1. Primera Crisis Marroquí.
Guillermo II declara en Tánger (1905) su apoyo a la independencia marroquí, frente al propósito francés de establecer un protectorado apoyado por Inglaterra (que había conseguido vía libre en Egipto) y por España (con concesiones en el norte de Marruecos).
Propósito: socavar la Entente, obtener ventajas territoriales y frenar la expansión francesa.
Resultado: Conferencia de Algeciras (1906). Se acuerda mantener la independencia marroquí, pero también la preeminencia francesa en la zona. Se contempla por primera vez la posibilidad de una guerra abierta, por la agresiva política exterior alemana. La Entente Cordiale sale fortalecida, lo que se confirma un año más tarde con la entrada de Rusia (Triple Entente).

2. Crisis de Bosnia.
En octubre de 1908 los austriacos ocupan Bornia-Herzegovina, hasta entonces administrada por Turquía, como respuesta al giro pro-ruso de los serbios (asesinato del rey Alejandro Obrenovich y sustitución por Pedro Karageorgevich) y favorecidos por el ascenso al poder de los Jóvenes Turcos.
Resultado: Se llega al borde de la guerra, pero Rusia no puede intervenir por la debilidad de su ejército y Francia no la apoya debido a sus intereses económicos en el territorio. Se queda a la expectativa de desquite, con lo que se refuerza la posición de la Triple Entente.

3. Segunda Crisis Marroquí.
Francia interviene en Marruecos, a petición del sultán, para solucionar desórdenes internos. Alemania le acusa de quebrantar el Acta de Algeciras y de no respetar el principio de puertas abiertas para las actividades económicas. En envío de un buque de guerra al puerto de Agadir va acompañado de exigencias territoriales.
Resultado: Inglaterra apoya la posición de Francia, pero ésta se ve obligada a ceder una parte del Congo francés a cambio del reconocimiento del protectorado de Marruecos.

4. Crisis de los Balcanes.
Tras el triunfo de Italia sobre Turquía en Libia y el traslado de la guerra a las islas del Egeo, parece llegado el hundimiento del Imperio Turco. Fases:
- Primera Guerra Balcánica, 1912. Una liga balcánica (Serbia, Montenegro, Grecia y Bulgaria), apoyada por Rusia, derrota al ejército turco. Firma de los tratados de Lausana/Londres: cesión de Libia y el Dodecaneso a Italia, Independencia de Albania y reducción de la Turquía europea a Constantinopla y los estrechos.
- Segunda Guerra Balcánica, 1913. El desacuerdo en el reparto de territorios provoca la guerra entre los vencedores: Grecia y Serbia (Apoyados por Rumanía y Turquía) frente a Bulgaria. Tratado de Bucarest: Bulgaria cede Macedonia a serbios y griegos, parte de Dobrudja a los rumanos y Adrianópolis a los turcos.

5. Crisis de 1914.
Asesinato en Sarajevo (29 de junio) del archiduque Francisco Fernando, heredero al trono austriaco. Detonante de la Primera Guerra Mundial.


5. CONCLUSIÓN.

La principal consecuencia que trajo la creación de los imperios coloniales fue el enriquecimiento de las metrópolis, consolidando de paso el despegue industrial y transformando el mundo en un mercado y una despensa para el continente europeo. La economía de las colonias se organizó sin tener en cuenta las necesidades de la población indígena. . Es cierto que mejoraron los transportes y se construyeron puertos, carreteras y ferrocarriles, pero sólo con vistas a la obtención de mayores beneficios económicos de la explotación colonial. Se introdujeron las costumbres y formas de vida europeas, mientras que las culturas indígenas fueron, muchas veces, despreciadas o suprimidas.
Hubo aspectos positivos en el colonialismo. Por ejemplo, la introducción de la medicina moderna, que consiguió erradicar enfermedades como el paludismo; la supresión de la esclavitud y la realización de obras de ingeniería tan importantes como los canales de Suez y Panamá. Sin embargo, predominan mayoritariamente los negativos, como la segregación racial, los trabajos forzados, la creación de reservas para confinar a los nativos o incluso el exterminio masivo de indígenas.
Y, aunque Europa recibió grandes beneficios económicos, los enfrentamientos surgidos por el reparto colonial fomentaron la tensión política entre las naciones. Una tensión que, como hemos visto, acabaría desembocando a corto plazo en la Primera Guerra Mundial.