sábado, 15 de enero de 2011

Tomás Campanella(1568-1639)

Campanella fue ante todo, un reformador social, razón por la cual pasó más de 30 años en prisión. Fue acusado tanto de herejía como de conspiración política.

Inicialmente, se inspiró en Bernardino Telesio (1509-1588), aunque más tarde diferenció su pensamiento.

Campanella, a diferencia de Telesio, se acerca algo más a la magia y al animismo. Su teoría del conocimiento afirma que todo conocimiento deriva de la sensibilidad y a ella se reduce. Entonces, el conocimiento sensorial proporciona certeza absoluta y por lo tanto no requiere pruebas de ninguna clase. El escepticismo no tiene sentido porque hay una facultad innata en el alma que nos asesura principios indudables, el primero de los caules es que exisitimos, pensamos, queremos y podemos. Este conocimiento de sí smimos está presupuesto en cualquier conocimiento de las cosas exteriores. Nos conocemos, ante todo, a nosotros mismos, y solo conocemos las cosas exteriores en cuanto nos conocemos modificados o impresionados por ellas. Campanella extiende esta conciencia a todos los seres.

Una de sus obras más destacadas fue La imaginaria ciudad del sol. Es una utopía en la que el autor expone su concepción de ciudad ideal. Está dispuesta en forma de diálogo entre un almirante genovés y el Gran Maestre de los Hospitalarios. El marino cuenta al caballero cómo se vio obligado a tocar tierra en la Isla de Taprobana, donde los indígenas lo conducen a la Ciudad del Sol, que está rodeada por siete murallas, dedicadas cada una a un astro. En la punta de un monte se encuentra el templo dedicado al Sol.

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