sábado, 15 de enero de 2011

TOMMASO CAMPANELLA

Tommaso Campanella (Stilo, Calabria, 5 de septiembre de 1568 - París, 21 de mayo de1639) fue un filósofo y poeta italiano. Es también citado por su nombre castellanizado,Tomás Campanella. Su nombre antes de entrar en la Orden Dominica fue Giovanni Domenico Campanella.

Escribió, entre otras muchas obras, una defensa de Galileo y el tratado utópico La ciudad del sol (compuesto durante su larga estancia en la cárcel por una conjura antiespañola, la misma causa que el economista Antonio Serra), donde describe un Estado teocrático universal basado en principios comunitarios de igualdad.

Las obras de Campanella, 82 en total, abarcan muchos campos de la filosofía. Algunos títulos suyos son Teología (1614) y Metafísica(1638).

Entre sus obras importantes se destacan: De sensu rerum et magia (1590, revisada en 1628), en la que expone la doctrina de la animación universal, y su gnoseología. De monarchia hispanica discursus (1601), tratado político en torno a la prioridad de la monarquía española, bajo la autoridad espiritual del Papa, en el concierto político universal. Citta del sole (1602, revisada en 1613) publicada en latín (Civitas solis, poetica idea Reipublicae philosophicae, 1623), la obra más significativa de su pensamiento político, en la que traza su república ideal, naturalista, teocrática y aristocráticamente comunista. Universalis Philosophiae seu metaphysicarum rerum, partes tres, libri XVIII (1638), es como una «biblia de la filosofía». Monarchia Messiae (1605), en donde teoriza sobre la monarquía universal: el Papa es el soberano supremo, los príncipes sus brazos; la humanidad tendrá entonces paz bajo un solo rey y un solo pastor. También escribió una Apologia pro Galileo, mathematico florentino (1616).

Campanella, partiendo de los principios del naturalismo telesiano, deduce inmediatamente la universal sensibilidad de las cosas: en efecto, si los animales sienten, es señal de que sienten también los elementos de que están constituidos (De sensu, 1,1). Esta sensibilidad es debida a un espíritu sutil que determina el consenso de las cosas naturales entre sí. Proclama, igualmente, la supremacía del conocimiento sensible, el único que reporta certeza absoluta. Reduce todo conocimiento a la sensibilidad. Mas, ¿cómo puede el alma conocerse a sí misma? Campanella resuelve el problema al establecer un autoconocimiento originario del alma, el cual posibilita el conocimiento de todas las demás cosas. Para ello se basa en el principio de que la sensación, al ser pasión, proviene de la asimilación del sujeto cognoscente a la cosa conocida. En esta autoconciencia se fundan las determinaciones esenciales de la realidad natural, de las que ella nos hace conscientes: el poder, el saber y el amor al ser.

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