miércoles, 11 de mayo de 2011

Unidad 11. LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. DESARROLLO-

La conquista de Polonia
El ataque alemán a Polonia el 1 de septiembre de 1939 precipitó la entrada en guerra de Gran Bretaña y Francia el 3 de septiembre. En cumplimiento de lo acordado en el protocolo secreto del Pacto de no agresión germano-soviético, el Ejército Rojo entró en la zona oriental de Polonia. El día 28 un nuevo pacto germano-soviético reconoció la anexión de Lituania, Letonia y Estonia a la zona de influencia soviética. Las tropas rusas ocuparon esos territorios en las semanas siguientes.
Tras una rápida y brutal conquista, los ocupantes nazis establecieron un "Gobierno General de Polonia" que inició una dura política represiva contra la población polaca y, especialmente, contra la amplia población judía.
La guerra fino-soviética
Ante la negativa del gobierno de Helsinki a ceder al gobierno soviético diversas bases, el Ejército Rojo atacó el 30 de noviembre. Esta agresión supuso la expulsión de la Sociedad de Naciones de la Unión Soviética. Pese a la encarnizada resistencia finlandesa, la guerra concluyó con la Paz de Moscú firmada el 12 de marzo de 1940. Finlandia cedió diversos territorios a la URSS.
La anexión de Dinamarca y Noruega
Con la doble finalidad de asegurarse el abastecimiento de hierro sueco y controlar la fachada oriental del Mar del Norte, Alemania ocupó sin resistencia la pequeña Dinamarca y Noruega, tras derrotar a las fuerzas expedicionarias británicas allí enviadas. En Oslo se estableció un gobierno dirigido por el fascista noruego Quisling, quien pronto se convirtió en el prototipo de colaboracionista. En junio de 1940, ambos países quedaron plenamente bajo control alemán.
La "drôle de guerre" o "phoney war"
¿Qué ocurría mientras tanto en el frente occidental? ¿A qué se refieren los franceses cuando hablan de "guerra de broma" o los ingleses cuando se refieren a la "guerra de mentira"?
Pese a haberse declarado la guerra entre Alemania y Francia y el Reino Unido a principios de septiembre de 1939, los frentes permanecieron casi inactivos durante varios meses.
La derrota de Francia
El 10 de mayo de 1940 empezó lo que los analistas militares han denominado "guerra relámpago". Las divisiones acorazadas alemanas apoyadas por la aviación se lanzaron a la conquista de Holanda y Bélgica, que capitularon a los pocos días.
La "batalla de Francia" iniciada el 5 de mayo supuso la fulgurante victoria de las tropas alemanas. El mundo asistió estupefacto al rápido derrumbe del ejército francés. el 22 de junio se firmó el armisticio en Compiègne. Hitler asistió personalmente a una ceremonia que tuvo lugar en el vagón donde se firmó el armisticio en noviembre de 1918. El Führer culminaba su venganza por la derrota alemana en la Gran Guerra.
Francia quedó dividida en dos por una línea que unía Ginebra en Suiza con la frontera franco-española de Hendaya. La zona al norte y al oeste de este línea quedó bajo la ocupación militar francesa. Al sur se estableció un gobierno colaboracionista presidido por el general Pétain. La Francia de Vichy, así llamada por que el gobierno se asentó en esa pequeña ciudad del centro del país, rompió relaciones con Gran Bretaña, desarmó su ejército e inició una política pro-nazi y totalitaria.
Sin embargo, no todos los franceses aceptaron la derrota. El general De Gaulle desde Londres organizó el movimiento de la Francia Libre que desde las colonias francesas y en el interior mediante la guerra de guerrillas protagonizada por el "maquis” plantó cara a la potencia ocupante.
Italia entra en guerra
Tras múltiples dudas y pese a carecer de un ejército conveniente preparado, Mussolini entró en guerra el 10 de junio de 1940. Italia esperó a que Alemania hubiera derrotado prácticamente a Francia para entrar en el conflicto.
La Batalla de Inglaterra
Tras la derrota de Francia, el Reino Unido era la única potencia que aún plantaba cara a Alemania. La superioridad naval británica impedía a Hitler un ataque directo a la isla por lo que la aviación alemana, la "Luftwaffe", inició un plan de bombardeo sistemático de las instalaciones industriales y las ciudades del sur y el centro de Inglaterra. Las autoridades germanas confiaban en llevar por este medio a Inglaterra a la capitulación o, al menos, a acomodarse a la nueva Europa dirigida desde Berlín.
Sin embargo, el nuevo gobierno británico, presidido por Winston Churchill desde mayo de 1940, supo hacer frente al ataque, y la aviación británica, la "Royal Air Force" se impuso poco a poco en los cielos europeos. La resistencia británica hizo que Hitler volviera sus ojos hacia el sur de Europa.
La España de Franco y la guerra mundial
Hitler, reforzado por la firma el 27 septiembre de 1940 del Pacto Tripartito con Italia y Japón, se entrevistó el 23 de octubre con Franco. La entrevista de Hendaya entre ambos dictadores concluyó en un fracaso. Franco, pese a sus simpatías por el Eje y desoyendo los consejos de su ministro de asuntos exteriores y cuñado, Serrano Súñer, finalmente no involucró a España en la guerra mundial.
Las iniciativas militares de Mussolini llevaron muy pronto la guerra a dos nuevos escenarios.
La guerra en el Norte de África
En septiembre de 1940, los ejércitos italianos desde su colonia de Libia atacaron al Egipto británico. La contraofensiva inglesa lleva a la conquista de Bengasi y Tobruk por parte de los ingleses.
La impotencia italiana llevó a Alemania a enviar un ejército expedicionario, el "Afrika Korps", dirigido por el general Rommel. Las tropas germano-italianas consiguieron frenar el avance británico en 1941.
La guerra en los Balcanes
Italia inicia desde Albania un ataque sobre Grecia en octubre de 1940. El fracaso de las tropas fascistas es completo. Las tropas griegas hacen retroceder al ejército italiano y conquistan parte de Albania. Mientras tanto, para apoyar al gobierno de Atenas, tropas británicas desembarcan en Grecia.
De nuevo los reveses de las tropas italianas provocaron la intervención alemana. La presión alemana lleva a que Hungría, Rumanía, Eslovaquia y Bulgaria se adhieran al Pacto Tripartito. Un golpe de estado anti-alemán en Belgrado precipitó el ataque germano sobre Yugoslavia en abril de 1941. El avance germano-italiano fue enormemente rápido: en junio de 1941 las tropas del Eje controlaban Yugoslavia, Grecia, incluyendo la isla de Creta.
Hitler dominaba en aquel momento gran parte de Europa. Era el momento de aplicar las ideas que ya había proclamado en su libro "Mein Kampf": era el momento de conseguir el "espacio vital" que el pueblo alemán necesitaba. Ese espacio estaba en este, en los enorme territorios de la Unión Soviética.
La invasión de la Unión Soviética
Mientras Alemania planeaba su ataque contra la URSS, las relaciones entre ambas dictaduras eran teóricamente buenas. El pacto de no agresión firmado en agosto de 1939 seguía en vigor. Stalin, pese a ser consciente del peligro inminente, se negaba a creer los informes que le llegaban sobre los planes alemanes.
No obstante, en abril de 1941 la URSS y Japón firmaron un pacto de neutralidad que mantuvieron hasta prácticamente el final de la guerra. Este pacto permitió a ambos países centrarse en la lucha contra sus directos enemigos con los que estaban a punto de romper hostilidades: Alemania en el caso soviético, EE.UU. en el caso japonés.
El 21 de junio de 1941, sin declaración previa de guerra, el ejército alemán inició la invasión de la Unión Soviética. La denominada "Operación Barbarroja" fue en sus primeros momentos un rotundo éxito. El Ejército Rojo, diezmado por las purgas de Stalin en los años precedentes, se mostró incapaz de resistir el ataque alemán y se batió en retirada.
Por el norte las tropas llegaron hasta Leningrado, la actual San Petersburgo. Por el centro hasta las puertas de Moscú. Sin embargo, ninguna de las dos ciudades cayó. A la heroica resistencia de la población rusa se le unió su tradicional aliado: el "General Invierno". El invierno ruso de 1941-1942 fue uno de los más duros del siglo XX y las tropas alemanes no habían sido bien equipadas para sobreponerse a él. Pese a todo, el avance alemán fue más profundo en el sur y Ucrania fue rápidamente conquistada.
En la primavera de 1942, un debilitado ejército alemán siguió sus operaciones centradas en alcanzar el Cáucaso y acceder a sus yacimientos de petróleo que tan desesperadamente necesitaba su ejército.
Las tropas alemanas llegaron a Stalingrado en agosto. Tras durísimos combates las tropas de Von Paulus vieron como el ejército soviético, dirigido por Zhukov, iniciaba una maniobra de cerco. Hitler se negó a permitir la retirada que Von Paulus de forma insistente le solicitaba. En diciembre de 1942 el VI Ejército alemán quedó cercado. La batalla de Stalingrado supuso un cambio decisivo en la guerra. A partir de esta primera derrota alemana, las tropas soviéticas inician un contraataque que poco a poco les llevará hacia el corazón de Alemania.
En enero de 1942, la jerarquía nazi reunida en la Conferencia de Wannsee decidió la "solución final" al problema judío. Campos de concentración como Dachau o Mauthausen y campos de exterminio como Auschwithz-Birkenau o Treblinka pasarán a formar una parte esencial de la historia de la infamia.
La guerra del Pacífico
Era inevitable que el expansionismo japonés en Asia oriental y el Pacífico terminara chocando con Estados Unidos. La expansión imperial nipona iniciada en China iba claramente dirigida contra las posesiones europeas en Asia y las Islas Filipinas en manos de los norteamericanos. Por otro lado, Roosevelt había ido evolucionando desde una postura aislacionista a una creciente implicación en el conflicto. La Ley de Préstamo y Arriendo en marzo o la firma junto a Churchill de la Carta del Atlántico en agosto de 1941 mostraban claramente esta creciente intervención estadounidense.
En ese contexto, el ataque nipón a la base norteamericana de Pearl Harbor en las islas Hawaii el 7 de diciembre de 1941 supuso la entrada de ambas potencias en el conflicto.
La guerra en Asia y el Pacífico se inicio con continuas victorias japonesas. Las posesiones francesas de Indochina, la Indonesia holandesa, las posesiones británicas en Malasia, Birmania, Hong Kong, Singapore... También el general norteamericano MacArthur se vio forzada a evacuar las islas Filipinas. El gobierno de Tokyo dominaba también gran parte de China donde se enfrentaba a las tropas del líder nacionalista chino Chiang Kai Chek.
Sin embargo, el despliegue de la maquinaria industrial y bélica norteamericana no tardó mucho tiempo en desequilibrar el conflicto en favor de los Aliados. La batalla de Midway en junio de 1942 mostró por primera vez como se podía batir al ejército japonés. En adelante, pese a alguna derrota puntual, Japón se bate en retirada y los norteamericanos van dominando el Pacífico isla a isla en medio de una guerra cruel.
La guerra en el norte de África
La guerra en el Sahara se caracterizó por amplios movimientos de ataque y contraataque. A avances alemanes e italianos se sucedían contraataques británicos. El momento decisivo llegó en el otoño de 1942, en octubre el general británico Montgomery inicia el ataque sobre las posiciones alemanas en El Alamein, tras varios días de duros combates, las tropas de Rommel retroceden. En adelante, el "Afrika Korps" irá de derrota en derrota. Pocos días después de la batalla de El Alamein, el 8 de noviembre de 1942, tropas norteamericanas y británicas desembarcan en Marruecos y Argelia. Franco, temeroso de una posible intervención, recibió garantías de no ser atacado si mantenía su neutralidad.
La réplica alemana fue inmediata: la invasión de la Francia de Vichy, para Alemania ya al perderse las posesiones norteafricanas el régimen de Pétain ya no tenía razón de existir. No obstante, el estado dirigido de Pétain continuó existiendo, como un simple colaborador de las tropas nazis.
Pocos meses después, en mayo de 1943, el Eje fue expulsado del norte de África.
El viraje en favor de los Aliados
El año 1941 marcó un momento clave en el devenir de la guerra. La entrada en el conflicto de Japón junto al Eje y de Estados Unidos y la Unión Soviética junto a los Aliados cambió definitivamente el curso del conflicto. La resistencia soviética y la maquinaria industrial y militar norteamericana hicieron que la balanza de la guerra se inclinara a favor de los Aliados.
No obstante, durante el año 1941 y gran parte de 1942 el Eje siguió teniendo la iniciativa. Tres batallas marcaron el cambio de signo de la guerra: Stalingrado en el frente oriental, Midway en el Pacífico y El Alamein en el norte de África. La guerra se encaminaba hacia la derrota de las potencias fascistas y autoritarias que formaban el Eje.
La invasión aliada de Italia
La expulsión del Eje del norte de África planteó inmediatamente la posibilidad de la apertura de un nuevo frente en Europa. Un frente por el que Stalin venía clamando para aligerar la presión que sufría el ejército soviético en el frente oriental.
En julio de 1943 tropas angloamericanas desembarcan en Sicilia. La proximidad de la amenaza aliada, unida a los continuos fracasos de los ejércitos italianos propiciaron que parte de la cúpula del estado decidiera deshacerse de Mussolini.
Tras la entrevista que Hitler y Mussolini celebraron el 19 de julio en la que el Führer le aconsejo al Duce renunciar al sur de Italia y replegarse al cento y sur de la península, el 25 de julio el Gran Consejo Fascista votó contra el Duce quien se vio obligado a renunciar a sus poderes. Al día siguiente, el rey Victor Manuel III ordenó el arresto de Mussolini y encargó formar gobierno al general Pietro Badoglio, quien, pese a proclamar su fidelidad a la alianza con Alemania, inició inmediatamente negociaciones con los Aliados.
A principios de septiembre los acontecimientos se precipitaron. Los Aliados desembarcaron en el sur de la península y el gobierno de Badoglio firmó el armisticio el 8 de septiembre. La reacción alemana fue fulminante: tropas del Reich ocuparon el norte y el centro del país, estableciendo una línea de defensa al norte de Nápoles. El 12 de septiembre, Mussolini fue liberado y estableció en la zona ocupada por los nazis la denominada República Social Italiana, gobierno fascista que siguió las directrices de Berlín.
Italia quedaba así dividida en dos: al sur, las tropas aliadas que con muchas dificultades iniciaron la conquista del país; en el norte y el centro, las tropas alemanas con la colaboración de fascistas italianos que tenían que hacer frente a una creciente resistencia interior comandada por los comunistas.
Superando una resistencia muy dura que tuvo momentos de enorme intensidad como en la batalla de Monte Cassino, los ejércitos angloamericanos liberaron Roma el 4 de junio de 1944. Sin embargo, la última línea de defensa en los Apeninos, la "Línea Gótica", resistió hasta abril de 1945, poco antes de la derrota definitiva del Eje en Europa.
El 28 de abril de 1945, Mussolini, que trataba de huir hacia Alemania, fue capturado por guerrilleros antifascistas y fusilado.
El avance soviético en el frente oriental
El contraataque ruso iniciado tras Stalingrado tuvo que hacer frente en julio de 1943 a la último ofensiva alemana. La batalla de Kursk hizo que la iniciativa estratégica pasara definitivamente a manos de las tropas soviéticas.
El año 1944 estuvo jalonado de continuos éxitos del Ejército Rojo que llegó a las antiguas fronteras de la URSS en la primavera de ese año.
A lo largo del otoño-invierno de 1944, los antiguos aliados del Eje: Finlandia, Rumanía, Bulgaria, Hungría son ocupados por las tropas soviéticas. En Yugoslavia y Albania, los guerrilleros comunistas dirigidos por Tito y Enver Hoxha, respectivamente, liberan sus países de la ocupación germano-italiana y establecen sistemas pro-soviéticos.
En Grecia, la retirada alemana en agosto de 1944 abre un período de guerra civil entre guerrilleros comunistas y tropas monárquicas apoyadas por la intervención militar británica. Grecia era un buen ejemplo del enfrentamiento entre los Aliados que vendría tras la derrota del Eje.

El desembarco de Normandía y el frente occidental
A lo largo de 1943 representantes de lo que se vino en denominar "La Gran Alianza": Estados Unidos, la Unión Soviética y Gran Bretaña se encontraron en diversas conferencias que fueron conformando la acción y la estrategia de los Aliados. Estas conferencias los comentaremos pormenorizadamente más adelante.
Fruto de estas conversaciones fue el desembarco aliado en Normandía, largamente demandado por la Unión Soviética.
El día 6 de junio tropas estadounideneses, británicas y canadienses desembarcaron en las playas de Normandía y superaron la férrea resistencia alemana. Rápidamente las tropas aliadas, bajo la dirección del general norteamericano Eisenhower, se dirigieron a París que fue liberado el 25 de agosto. Diez días antes, tropas angloamericanas y francesas habían desembarcado en Marsella. Los alemanes trataron de frenar el empuje aliado en las Ardenas, en Bélgica, pero finalmente tuvieron que retroceder. Atacada por el occidente, el sur y el este, el régimen de Hitler se aprestaba a librar su última batalla.
La batalla de Alemania
En febrero de 1945, Roosevelt, Stalin y Churchill se reunieron en Yalta, donde, entre otras cuestiones, decidieron los pormenores del ataque final sobre Alemania y su posterior reparto en zonas de ocupación.
El ataque anglonorteamericano por el oeste y soviético por el este derrumbó con facilidad la fanatizada resistencia alemana. El 25 de abril tropas soviéticas y norteamericanas se encontraban en Torgau, en el río Elba.
El 30 de abril, con las tropas soviéticas en los barrios de Berlín, Hitler se suicida junto a su amante Eva Braun y Goebbels. El 2 de mayo Berlín capitula. El 7 de mayo los alemanes firman la capitulación incondicional en el cuartel general de Eisenhower, al día siguiente, la firma se produce en el cuartel general de Zhukov.
En julio, los Aliados celebraban su última gran conferencia en Potsdam, a las afueras de Berlín.
El frente del Pacífico y el fin de la guerra
En una durísima y cruenta guerra los norteamericanos fueron avanzando isla a isla en su camino hacia el archipiélago japonés.
La conquista de Filipinas por los ejércitos de Estados Unidos en febrero de 1945 o la reconquista de Birmania por los británicos fueron momentos clave de ese avance. El 19 de febrero de 1945 los norteamericanos ocupan por primera vez territorio japonés, la pequeña isla de Iwojima.
Mientras tanto se suceden los ataques aéreos sobre las ciudades y los centros industriales de Japón. Tras la derrota alemana, en mayo de 1945, los norteamericanos se deciden a usar un arma terrible en la que han estado investigando secretamente.
El 6 de agosto de 1945, el avión "Enola Gay" lanza una bomba atómica sobre la ciudad de Hiroshima. El resultado es atroz: 100.000 muertos y miles de heridos por el efecto de una única bomba.
El 8 de agosto, la URSS declara la guerra a Japón y ocupa Manchuria y parte de Corea. Al día siguiente, Estados Unidos lanza una segunda bomba atómica sobre la ciudad de Nagasaki.
El horror nuclear precipita la capitulación de Japón. Los representantes del emperador japonés, Hiro-Hito. firman ante MacArthur la rendición incondicional en el buque de guerra Missouri, fondeado en aguas de la bahía de Tokio.
La segunda guerra mundial había terminado.
Los cambios territoriales
El principio general que rigió todos los acuerdos y tratados fue el retorno a las fronteras europeas de 1937 con tres excepciones principales: la reducción del territorio de Alemania, el engrandecimiento del territorio soviético y el "desplazamiento" del territorio polaco en torno a 225 kilómetros hacia el oeste. Estas tres excepciones estaban evidentemente relacionadas.
Estos fueron los principales cambios territoriales en Europa:
La Unión Soviética obtuvo:
• De Finlandia: gran parte de Carelia con la ciudad de Vyborg y el puerto de Petsamo en el norte lo que hizo que tuviera frontera con Noruega.
• Los tres estados bálticos, Estonia, Letonia y Lituania, que habían sido independientes de 1918 a 1940.
• De Alemania: la parte norte de la Prusia Oriental con la ciudad de Könisgsberg (actual Kaliningrado).
• De Polonia: las regiones al este de la línea Curzon
• De Checoslovaquia: la Rutenia subcarpática
• De Rumania: la Besarabia (denominada Moldavia en adelante) y la Bukovina del Norte.
Polonia en contraprestación de sus pérdidas orientales obtuvo:
• La parte sur de Prusia Oriental y las regiones de Pomerania y Silesia hasta la línea Oder-Neisse. Aunque Polonia perdió algo de territorio consiguió adquirir zonas más ricas y una gran salida al Báltico con los antiguos puertos alemanes de Danzig (rebautizado Gdansk) y Stettin (Szczecin)
Alemania perdió de nuevo Alsacia-Lorena en el occidente, reanexionadas por Hitler en 1940, y, sobre todo, importantes territorios en el oriente en beneficio de Polonia. Quedó reducida a 356.272 kilómetros cuadrados, en contraste con los 472.034 de 1919 y 540.521 de 1914.
Italia, aunque limitó sus pérdidas al firmar el armisticio con los Aliados en 1943, cedió algunos pequeños territorios:
• La península de Istria con Fiume (Rijeka) pasó a Yugoslavia, aunque consiguió mantener Trieste.
• La isla de Rodas y el archipiélago del Dodecaneso fueron entregados a Grecia.
• Albania recuperó su independencia e Italia perdió sus colonias (Etiopía, Somalia, Eritrea y Libia)
Aunque los cambios territoriales fueron menores que tras la primera guerra mundial, fueron acompañados de enormes desplazamientos de población que añadieron más dolor a un continente devastado por la guerra:
• Entre 11 y 12 millones de alemanes fueron expulsados de las zonas anexionadas por la URSS y Polonia, así como de los Sudetes en Checoslovaquia y de las comunidades germanas de los Balcanes.
• 2 millones de polacos fueron las zonas orientales cedidas a la URSS fueron realojados en la "nueva Polonia occidental".
• Entre 400.000 y 500.000 finlandeses fueron expulsados de los territorios anexionados por la URSS.
• Una parte de la población húngara de Eslovaquia fue expulsada.
Los cambios en el Extremo Oriente se concretaron en la desaparición del Imperio Japonés:
• La URSS se anexionó la isla de Sajalín y las islas Kuriles.
• Japón debió abandonar sus conquistas en China, Corea y la isla de Formosa (Taiwan). Además 7 millones de japoneses dispersos por el antiguo Imperio debieron retornar al archipiélago nipón.

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