viernes, 29 de octubre de 2010

Unidad 3. REVOLUCIONES LIBERAL BURGUESAS Y NACIONALISMO. Conceptos.

El Liberalismo constituye esencialmente la doctrina ideológica de la burguesía salida de los procesos de transformación socioeconómica desarrollados durante la Edad Moderna. Es, por tanto, consecuencia de la Ilustración y del racionalismo dieciochescos.

La fundamentación ideológica del Liberalismo parte de la teoría de los derechos políticos individuales. Sobre esta base, Locke (Dos tratados sobre gobierno civil, 1689-90) organiza la nueva sociedad civil a partir del disfrute de derechos fundamentales: la vida, la libertad y la propiedad, que determinan la igualdad entre los individuos y, por tanto, la paz y la ayuda mutua. Montesquieu (El espíritu de las leyes, 1749) reordena las fórmulas abstractas de Locke, añadiendo a la Ley Natural el factor de realidad social mediante la existencia de instituciones que se reparten el poder (separación de poderes). Esta teoría política se complementa con el librecambismo en su aspecto económico. Este último tiene su origen en el cambio de actitud de la economía ilustrada a través de los principios fisiocráticos de Quesney, que aseguraban la necesidad de crear un corpus de pequeños productores agrarios a los que se dotaría de propiedad privada. Adam Smith traduce esos principios a la nueva realidad protoindustrial británica: Investigación sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones, 1776: la libertad del individuo para perseguir su propio interés particular supone espontáneamente el bienestar colectivo.
De todo lo anterior se deducen las principales propuestas del liberalismo:
a) La limitación del poder real a través de las constituciones y la división de poderes.
b) La existencia de derechos que garanticen la libertad de los ciudadanos: integridad personal y familiar, libertad religiosa, de prensa, de expresión y de reunión.
c) La no intervención del Estado en actividades económicas: “Dejar hacer, dejar pasar”.


RASGOS TEÓRICOS DEL LIBERALISMO POLÍTICO.

La doctrina política del Liberalismo se asienta, como queda dicho, sobre la base de la Ley Natural que implica directamente al individuo y que se traduce en aspectos dogmáticos concretos:

- Aspectos individuales.
a) LIBERTAD. Es el derecho fundamental de los individuos y el que da lugar a la denominación de esta teoría política: Liberalismo. La libertad se entiende como la posibilidad personal de elegir opciones políticas, religiosas, económicas, de expresión, de asociación, de enseñanza, etc., para conseguir el objetivo último del hombre: la felicidad. La libertad individual sólo puede estar limitada por el poder político –elegido por los propios individuos- para salvaguardar el orden, la propiedad y la misma libertad personal.
b) IGUALDAD. Si la libertad es la garantía de la felicidad, la igualdad lo es de la libertad, puesto que un hombre no puede ser libre si se encuentra sometido a otro. Se entiende como igualdad de oportunidades y ante la Ley de todos los individuos (Estado de derecho). Pero no presupone una igualdad social ni económica, en tanto que eso podría coartar la libertad del individuo.
c) PROPIEDAD. Es también garantía de la libertad. El Liberalismo no sólo justifica la apropiación de bienes para el consumo sino también la acumulación de bienes. Es considerado un derecho natural y consustancial con el ser humano y la manera más eficaz de lograr la felicidad. La propiedad se convierte así en el motor de la economía que permite la acumulación de bienes y garantiza la felicidad del individuo y con éste de las sociedades. Por eso, la economía no debe tener más freno que el de su propio desarrollo. Además, la propiedad se convierte e criterio de selección política, porque no es posible que las gentes sin propiedad garanticen este derecho.
d) SEGURIDAD. En un derecho secundario, pero que permite garantizar los anteriores. Debe ser ejercida por el Estado, al que los individuos reconocen como institución superior destinada a este fin, sin que por ello resulte una merma de la libertad individual, para lo cual se propone la limitación y separación de los poderes del Estado.

Estos rasgos individuales se traducen en aspectos políticos, que resultan de la aplicación práctica de aquellos:

- Aspectos políticos.
a) SEPARACIÓN DE PODERES. El poder del Estado no debe estar en manos de una sola persona que podría ejercerlo de manera autoritaria contra los individuos. Por ello se propone la separación de poderes en legislativo (elabora las leyes), ejecutivo (ejecuta las leyes) y judicial (juzga las actuaciones de los individuos conforme a las leyes), cada uno de los cuales reside en diferentes manos, lo que garantiza su control e independencia de actuación.
b) CONSTITUCIONALISMO. La Constitución es la Ley Suprema que regula la vida de los países y garantiza los principios del Liberalismo a nivel individual y político. Puede actuar bajo dos regímenes políticos diferentes:
- La monarquía parlamentaria o constitucional en la que el papel del monarca se reduce a ostentar el poder ejecutivo (s. XIX) o a tener un papel meramente representativo de la nación (s. XX), y
- La República, en la cual el rey es sustituido por un Presidente que puede tener los mismos papeles que el soberano constitucional: ejecutivo (EE.UU.) o representativo (Francia, Italia, etc.).
c) SOBERANÍA NACIONAL. Según el cual la autoridad suprema del poder público reside en la nación, es decir, la nación establece quién ocupará los puestos de responsabilidad en los distintos poderes. Y por nación se entiende todos aquellos individuos con derecho a voto. En un primer momento, la participación de los individuos estuvo restringida por el sufragio censitario a tener determinadas propiedades o estar sujeto a contribución al Estado. Posteriormente se equiparan los términos nación y pueblo, pudiendo hablarse de soberanía popular, según la cual todos los individuos tienen derecho al voto con independencia de sus propiedades o contribuciones al Estado: sufragio universal. En el siglo XX se ampliará este sufragio a las mujeres. Y con el tiempo se disminuye la edad legal para ejercer el voto (23, 21, 18 años...).


PROCESO DE IMPLANTACIÓN DEL LIBERALISMO.


- El liberalismo doctrinario.

Se desarrolla principalmente en la Francia posnapoleónica, a partir de teóricos como Benjamín Constant, en un intento por conciliar los principios de la revolución de 1789 con las instituciones tradicionales del Antiguo Régimen. Su ideario político es bastante disperso y se concretaría es estos puntos esenciales:
. Se mantiene la separación de poderes, pero otorgando una fuerte autoridad al monarca, quien ostenta la representación del Estado, se reserva el poder ejecutivo y participa en el legislativo conjuntamente con el parlamento.
. La soberanía puede ser compartida entre el rey y la nación (a través del parlamento): teoría del cuarto poder (el ejecutivo es delegado en un Consejo de ministros y el rey actúa de moderador entre éste y el parlamento, ostentando un cuarto poder).
. El Parlamento es elegido por sufragio censitario o restringido, es decir, sólo tienen derecho al voto los propietarios, lo que equivale a decir que la burguesía se convierte en el segundo pilar del Estado después del rey.
. La constitución se reduce a una Carta Otorgada, Ley Máxima, que el rey elabora y concede a la nación.

- El liberalismo democrático.

Presenta una dimensión social de la que carece el anterior. Aquel es un movimiento exclusivamente burgués apoyado coyunturalmente por campesinos, obreros e intelectuales; cuando el liberalismo doctrinario se sitúe en el poder estos grupos se separarán definitivamente de él y demandarán la ampliación de los derechos políticos a las clases populares, la resolución de problemas sociales derivados del inicio de la industrialización y la ruptura con cualquier recuerdo del Antiguo Régimen.
. Defienden la soberanía nacional, a través del sufragio universal.
. Se mantiene la división de poderes y el constitucionalismo, donde el rey ve reducido enormemente su papel o, simplemente, desaparece, instaurándose regímenes republicanos.
. En el orden social se lucha por ir más allá de la igualdad jurídica, intentando reducir las enormes diferencias de riqueza entre los hombres, muy influenciado por los movimientos obreros.

El concepto Nacionalismo adquiere un significado más confuso pues alude más a un sentimiento que a una doctrina política, respondiendo a la conciencia de los individuos de pertenecer a una comunidad ligada por una herencia común: histórica, étnica, territorial, etc.

Etimológicamente tiene su origen en la palabra nación (del latín, nascere: nacer) que se emplea ya en la Baja Edad Media como concepto de comunidad en contraposición al feudalismo entendido como disgregación de dicha comunidad. Pero será en el siglo XVIII cuando adquiera su sentido político liberal, entendiendo la nación como el conjunto de individuos sobre los que recae la soberanía de un territorio, y su sentido cultural romántico, entendiendo la nación como el conjunto de individuos con una tradición: lengua, religión e historia comunes.
Como vemos, la idea de nación tiene componentes políticos y culturales. Según la preeminencia de unos u otros podemos hablar de dos conceptos diferentes:

· La nación política. Es una postura de inspiración francesa y resulta de la creación de un marco básico de convivencia para el desarrollo de un aparato estatal que mantenga las comunidades y el orden social vigente. Es el Estado quien crea la Nación (Nación=Estado) y no a la inversa.
· La nación cultural. Tiene como soporte la existencia de un grupo social diferenciado respecto a otros grupos, cuya voluntad final es organizarse políticamente. Herder plantea la idea de Volkstum (Nación=Pueblo), según la cual el Pueblo es el soporte de la Nación y Fitche convierte al idioma en su principal argumento.

Estas dos concepciones dieron lugar a diferentes tipos de nacionalismos, tanto desde un punto de vista ideológico como práctico.

MODELOS DE NACIONALISMO.

Desde el punto de vista ideológico:
1º. El nacionalismo tradicionalista. Parte de las fuentes románticas de la nación cultural, anteponiendo la realidad social a la realidad individual. Es decir, el hombre no crea la sociedad, sino que es la sociedad la que hace al hombre, puesto que el hombre lo es porque piensa y el pensamiento sólo es posible a partir de la lengua que es una creación social. Se plantea la recuperación de la identidad de los pueblos, pero sin cuestionarse transformaciones en el orden político y dejando al margen los principios del liberalismo.
2º El nacionalismo liberalista. Añade al componente nacionalista cultural las reivindicaciones del liberalismo político, reclamando al mismo tiempo independencia y parlamentarismo.
Desde el punto de vista práctico:
1º El nacionalismo unificador. A través del cual una nación, repartida entre varios estados, adquiere conciencia de pertenencia a la misma e inicia un proceso de unificación política. Es el caso de Italia y Alemania.
2º El nacionalismo independentista. En el cual una nación incluida en el marco político de un Estado de lengua y cultura diferente opta por la independencia, caso de Grecia y Bélgica. Estos fenómenos van a producir la disgregación de las mayores entidades políticas de la Europa del Antiguo Régimen.: el Imperio Austríaco y el Imperio Turco.
3º El nacionalismo imperialista. Como exaltación del patriotismo de naciones ya consolidadas, a costa de la expansión colonial por continentes como Asia y África.

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