viernes, 19 de noviembre de 2010

Klemens Matterninch-Winneburg


Nació en Coblenza (Alemania) en una familia aristocrática, el 15 de mayo de 1773 y falleció en Viena el 11 de junio de 1859,

Diplomático y político austríaco, embajador en Berlín y después en París a petición de Napoleón. Tras las sucesivas derrotas de Austria frente a la Francia napoleónica le llevaron al poder como ministro de Asuntos Exteriores (1809).

Cursó sus estudios en los centros universitarios de Magnuncia y Estrasburgo.

Su familia escapa a Viena huyendo de los ejércitos revolucionarios francese (1794). Allí se casó con la condesa Eleanor Kaunitz.

El Congreso de Viena (1814-1815), fue conducido por Metternich y organizado para restablecer el orden anterior a las campañas de Napoleón mediante la instauración, nuevamente, del absolutismo monárquico. El diplomático austríaco consiguió que Austria recuperara los territorios incluidos dentro de sus fronteras anteriores a 1797 y que habían sido arrebatados por el ejército francés en sus campañas bélicas por la Europa Continental.

Ante la vuelta de Napoleón se formó la Séptima Coalición, que derrotó al emperador en la batalla de Waterloo (1815). Tras esto, Bonaparte fue conducido a la isla de Santa Helena. Libres de su mayor enemigo, Metternich y Francisco I mantuvieron una activa diplomacia destinada a mantener el absolutismo en Europa. Así se formó la Santa Alianza destinada a frenar el proceso revolucionario y la Cuádruple Alianza, destinada a mantener el equilibrio europeo.

Como ferviente contrarrevolucionario fue inspirador de diversas campañas militares en Europa para conseguir el mantenimiento del Antiguo Régimen y del sistema surgido tras el Congreso de Viena. En España, el Trienio Liberal (1820-1823), fue suprimido y sustituido nuevamente por el absolutismo después del envío de los Cien Mil Hijos de San Luis. Pero no pudo lograr el éxito en todos los frentes que se iban abriendo gracias al avance de las ideas liberales.

Durante la oleada revolucionaria de 1848 Metternich se vio incapaz de frenar el movimiento revolucionario y tomó camino del exilio ese mismo año, primero a Países Bajos y después a Bélgica, una vez hubo dimitido del cargo de canciller forzado por la petición de Fernando I.

Una vez el emperador pudo restablecer el orden en Viena, Metternich regresa a la capital del imperio pero abandona su carrera política.





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